Nidera Semillas lanzó su campaña de trigo 2021
El semillero presentó su portfolio de variedades y anunció que comenzó a multiplicar un nuevo material capaz de lograr los 12.000 kg/ha si se dan las condiciones necesarias.
El crecimiento del trigo en la Argentina tiene grabado a fuego el aporte de Nidera a lo largo de su historia. El equilibrio entre calidad genética, sanidad y potencial de rinde combinado con una recomendación adecuada para cada ambiente productivo es lo que mantiene hoy a los trigos del semillero en el podio de los preferidos.
Esta semana (hoy), Nidera Semillas reunió a multiplicadores, productores y asesores con el fin de presentar la nueva campaña de trigo. Del encuentro participó el equipo técnico de la marca y el especialista de la FAUBA, Daniel Miralles, quien brindó herramientas para optimizar el rinde y la calidad en Trigo.
La novedad la aportó Damián Torino, el gerente de autógamas de Nidera Semillas: “Estamos comenzando a multiplicar al nuevo Baguette 820 que será lanzado a productor en el 2022. Con este nuevo material apuntamos a superar los excelentes rindes que nuestros clientes ya tienen con Baguette 802, aportando una genética capaz de lograr los 12.000 kg/ha si se dan las condiciones necesarias”, dijo.
“Hay una gran expectativa con el cultivo de trigo. Las últimas lluvias dieron un respiro y los precios internacionales están acompañando”, aseguró Torino. “Con nuestra red comercial estamos preparados para sugerir el mejor mix de variedades según la zona y las necesidades de cada productor”, completó.
Desde los cortos grado 1 o 2 hasta el Baguette 802, los trigos Nidera vienen rompiendo balanzas. Los técnicos resaltan que en la zona central y al sur, Baguette 620 se destaca en todas las redes de ensayo. Baguette 550 lo acompaña en el centro para diversificar ciclos y fechas de siembra. Sobre todo en Córdoba tiene su excelente hábitat el Baguette 680. Baguette 750 se consolida como el intermedio largo excelente para heladas en pasto. En tanto, para Centro norte hacia arriba Baguette 450 y Baguette 550 son una pareja imbatible, tanto por calidad panadera como por estabilidad.
“Tenemos una paleta de productos muy completa y actualizada, con ciclos adecuados para cada fecha de siembra. Además, nuestros trigos se destacan por un excelente balance entre sanidad, calidad y mayor potencial de rendimiento”, puntualizó Magalí Nico, líder de desarrollo de trigo y soja de Nidera.
Dentro de los grupos de ciclo corto, el Baguette 550 es uno de los últimos lanzamientos de la marca, con un destacado potencial de rinde y gran sanidad en los planteos ofensivos. Conocido como el trigo más corto del mercado, el Baguette 450 es un trigo de calidad 1 con muy buena nota sanitaria especialmente en cuanto a royas. En tanto, de Calidad 2 y ciclo intermedio, el Baguette 680 tiene una gran capacidad de adaptación ya que “puede ser sembrado al sur de Santa Fe, en Buenos Aires, y sobre todo en Córdoba, donde tiene un excelente hábitat”, completó Nico.
Sin embargo, la estrella de la semillera sigue siendo el Baguette 620, que ha vuelto a sobresalir sobre la competencia en un año más que complicado por los episodios de sequía. “Durante el 2019 ya había mostrado excelentes resultados, tanto en redes de ensayos como en casos de productores. Pero en el 2020 se amplió muchísimo la difusión de este material y confirmó su contundencia y notable desempeño. En una campaña donde las condiciones fueron bastante disimiles en cada zona del país, el Baguette 620 logró muy buenos resultados en todos lados y nos allana el camino para convertirnos nuevamente en líderes del mercado con un excelente producto”, consideró Nico.
De cara a la próxima campaña, la líder de desarrollo de trigo de Nidera aportó algunos consejos para poder sacarle el máximo provecho a la calidad genética. “Todos nuestros materiales tienen un excelente comportamiento frente a las principales enfermedades, particularmente las royas. Sin embargo, hay que hacer mucho hincapié en el monitoreo y seguimiento de los lotes. En caso de ser necesario, la sanidad genética tiene que estar complementada con la aplicación de algún fungicida”, advirtió.
Otro punto a tener en cuenta es la nutrición de los cultivos, una herramienta que puede consolidar el potencial de rinde los materiales. “Hay que garantizar toda la oferta de nutrientes necesarios”, agregó la especialista y puso como ejemplo el caso del nitrógeno, un elemento considerado esencial para el cereal y cuya deficiencia golpea directamente sobre los rindes y calidad.
La última recomendación de la ingeniera Magali Nico pasó por utilizar siempre una combinación de distintas variedades con el objetivo de atenuar los posibles imprevistos que puedan surgir a lo largo de la campaña. Ese mix de productos le va a permitir al productor diversificar riesgos. No se debe apostar todo a una sola variedad, sino seleccionar distintos materiales para cada una de las situaciones de manejo y ambiente de los diferentes lotes”, resumió.
Decisiones que optimizan el rinde
Daniel Miralles, profesor de la Cátedra de Cerealicultura de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, fue el encargado de compartir las consideraciones de manejo a tener en cuenta para optimizar los resultados en trigo. En este punto, ajustar la fenología del cereal a las condiciones ambientales del lote resulta clave. El objetivo es desacoplar el período crítico que se ubica previo a la floración (antesis) de los riesgos de heladas y los golpes de calor y sintonizar el manejo de la fecha de siembra, la fertilización y el control de plagas, enfermedades y malezas en base al objetivo de rendimiento.
“Existen genotipos aclimatados que toleran temperaturas más bajas y ciclos largos que presentan mayor tolerancia a heladas en pasto”, puntualizó el especialista, aclarando que a medida que el ciclo avanza se pierde tolerancia a heladas. También la elección de la variedad y el grupo de calidad determinan la probabilidad de obtener un determinado valor de proteína.
Para definir la fecha de siembra en función de los riesgos de heladas y golpes de calor, Miralles recomendó el uso del modelo Cronotrigo de la FAUBA, una plataforma online que relaciona datos de más de 200 localidades y 37 cultivares con información climática de 35 años. El especialista anunció que a partir de mayo de este año estará disponible una nueva versión de cronotrigo.agro.uba.ar
La fertilización fue uno de los temas en los que Miralles concentró su atención. “Hay una relación lineal entre el nitrógeno (N) absorbido y el rinde, por lo que no se puede usar un valor fijo de N”, argumentó y pidió tomar decisiones en base a los grupos de calidad de los que se trate. En lo que hace al fósforo (P), destacó que en general la mayoría de los modelos de respuesta sugieren que con valores de P en el suelo mayores a 20-22 ppm no hay respuesta en el rendimiento.
En materia sanitaria, Miralles expresó que la tolerancia o resistencia de los cultivares de trigo a distintas enfermedades es dinámica y varía con las campañas y las áreas de producción, pero siempre es un tema clave. En general, “la vida útil de un cultivar ronda los 5 años”, dijo y compartió algunas afirmaciones: “por cada punto de incidencia, Roya amarilla presenta el doble de severidad que Roya de la hoja”. A su vez, “un cultivo enfermo siempre muestra menor proteína y gluten, también menor calidad panadera que uno sano”. Datos que ponen a la sanidad en el centro de la escena a la hora de producir trigo.
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