En el Oeste le da estabilidad al sistema
En los ambientes bajos el girasol hace tope
La última campaña girasolera dio muestras de los buenos resultados que puede ofrecer el girasol cuando se utiliza la tecnología adecuada. La agricultura por ambientes es una de las herramientas que ofrece una gran respuesta en rindes y estabilidad productiva de la oleaginosa.
Es indudable que en la última campaña las precipitaciones ayudaron a los rindes girasoleros. Pero los principales resultados se dieron en los lotes de aquellos productores que ponen toda la tecnología disponible al servicio del girasol. Además de utilizar el potencial de las nuevas semillas y fitosanitarios, la diferencia se acentúa cuando el cultivo se encara con las estrategias de manejo acordes para cada zona.
El caso de Bilkura S.A. es una buena muestra. Esa sociedad de explotación cuenta con 11 socios y trabaja campos en el este de La Pampa y el oeste de Buenos Aires. Martín y Raúl Fossati son socios y administradores de la empresa. Ellos explican que en Don Pancho, el campo propio ubicado en la localidad de Relmo, que está integrado a la sociedad, en la última campaña, sobre 132 hectáreas de girasol, obtuvieron un promedio de 3.200 kilos por hectárea. En esa localidad de La Pampa también se encuentran otros campos que trabaja Bilkura. En todos ellos vienen trabajando con agricultura por ambientes. En el último ciclo agrícola los campos que siembran en Relmo sumaron 600 hectáreas, de los que obtuvieron un promedio que superó los 2.800 kilos por hectárea de girasol. “A este cultivo lo sembramos en ambientes de bajo, o sea con más humedad –explican los hermanos Fossati-, y esa es una de las causas de los rendimientos obtenidos”.
“El manejo por ambientes nos lleva a contemplar distintas rotaciones, densidad de semillas y en algunos casos también fechas de siembra. Pero el girasol lo incluimos sólo en los ambientes bajos en rotación con soja, mientras que en las lomas la soja rota con maíz”, relatan los Fossati.
Manejo
En esos ambientes, el manejo que recibe el girasol es la fertilización con alrededor de 60 kilos por hectárea de fosfato monoamónico. Se siembra entre el 5 y el 15 de octubre, con una densidad del orden de las 45 a 50 mil plantas. Utilizan híbridos de girasol convencional, de ciclos intermedios a largos. La siembra directa, sobre rastrojos de soja, permite que los suelos acumulen agua durante la etapa de barbecho.
“En nuestro planteo buscamos estabilidad y esa es una fortaleza del girasol que no tenemos con la soja”, explican los hermanos Fossati.
Entre los diferentes campos y regiones en las que siembra Bilkura, el girasol alcanza una superficie anual que ronda las 1.300 a 1.500 hectáreas, que en el último ciclo promediaron un rinde de 2.600 kilos por hectárea, incluyendo un lote de 80 hectáreas en Uriburu (La Pampa) que por consecuencia de una granizada se cosecharon sólo 500 kilos por hectárea y otro lote en un campo de cría, con baja aptitud agrícola, ubicado en Estación Lastra, entre Lamadrid y Coronel Suárez.
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