AMPLIAREMOS EN EL CURSO DEL DIA :
HABRIAN DETENIDO A SOSPECHOSOS DEL CRIMEN DE NICO
Al mediodía fueron más de diez minutos de aplausos sin parar. Y otros tantos de un silencio apenas entrecortado con llantos ahogados y gritos de angustia. A la noche –en el pedido de seguridad y justicia ante la Municipalidad de Moreno–, fue congoja, tristeza infinita . La mayoría eran adolescentes amigos de Nicolás Castillo, el joven de 19 años que –como informó http://www.noticiasdeloesteslot.blogspot.com ayer– fue asesinado de dos puñaladas en el pecho , en Moreno, el domingo a la tarde.
El crimen de Nicolás es el número 18 ocurrido durante un hecho de inseguridad en la Provincia en los últimos 36 días . El ritmo es demoledor: un crimen cada dos días , cuando la cantidad total de homicidios en ocasión de robo en la Provincia durante todo 2011 fue de 73: uno cada 5 días .
Ayer al mediodía, más de 500 personas se concentraron frente a la comisaría de Paso del Rey para pedir “Justicia por Nico”, el lema de la marcha que hicieron sus amigos, familiares y vecinos que se iban sumando a medida que el grupo caminaba desde el colegio San Juan Bautista, donde estudiaba Nicolás. Por la noche, hubo otra protesta con 300 personas en la plaza de Moreno.
“Hoy todos somos Nico” , le decía a quien quisiera escucharla Ema Rossi, amiga y vecina de la familia del chico.
Nicolás tenía 19 años y era estudiante secundario. El domingo regresaba de la casa de su papá e iba a tomar el colectivo para ir a la casa de unos amigos. Pero al llegar a Zeballos e Hipólito Yrigoyen (a dos cuadras del shopping y la plaza central de Moreno) fue interceptado por jóvenes ladrones que lo tiraron al suelo y lo golpearon para robarle el celular y las zapatillas .
El robo se frustró por la intervención de un vecino que pasaba por el lugar. “Vi a tres muchachos que forcejeaban. Pensé que estaban jugando de manos, pero en un momento lo veo al chico éste que cae, les grité, y salieron corriendo, aunque el más petiso le quiso sacar las zapatillas”, recordó Héctor.
El hombre agregó que Nicolás “quiso levantarse, pero se desplomó unos metros más adelante” .
Los asesinos escaparon corriendo. Nicolás quedó tendido con el celular apretado entre las manos. Los delincuentes le dejaron dos heridas profundas en el pecho y gran cantidad de golpes en la cara . Algunos testigos dijeron que tuvo convulsiones varios minutos, y que la ambulancia no llegaba.
El testigo Héctor vio a los ladrones. “Tendrían entre 15 y 18 años y escaparon rapidísimo. Lo que más me sorprendió es que el más chico, que tenía una campera azul oscura o negra, mientras iba corriendo se la sacó y se la puso dada vuelta: entonces pasó a ser un pibe que corría con una campera roja . Los dos llevaban gorras claritas que después se sacaron”. En las marchas, los vecinos aseguraban que los que roban en la zona son una banda de entre siete y ocho chicos que paran en la plaza de Moreno “que atacan como pirañas ”. Mariela, una de las vecinas, contó que “rodean a las víctimas y roban lo que les encuentran: carteras, mochilas, zapatillas, celulares, billeteras. Salen de cualquier lado, golpean, asaltan y salen corriendo”.
La Policía ayer trataba de buscar alguna imagen grabada por cámaras de seguridad de la zona. Allegados a la familia de Nicolás le contaron a Clarín que las autoridades les dijeron que “de cinco cámaras que hay en Paso del Rey sólo andan tres, y en Moreno apenas funciona la mitad de las instaladas. Le echan la culpa al temporal de hace tres meses ”.
Los vecinos aseguran que el caso de Nicolás no es aislado. Un grupo se viene juntando en la semana en una entidad barrial haciendo el mapa del delito de la zona. “Empezamos a rastrear y en sólo tres cuadras hubo 48 casos de robos en los últimos dos años. Y todos los días nos reportan más de otros barrios. Pedimos reuniones al intendente Mariano West y a la Policía, pero nos dicen que no tienen más que lo que hay o no nos reciben. Y nosotros queremos vivir en paz”, contó a Clarín Osvaldo Rico.
La bronca se mezclaba con indignación. “Nos cobran una tasa de seguridad y no vemos nada de seguridad”, gritaba Hernán, cuyo hijo fue asaltado camino a la escuela. Y se lamentaba: “Mientras nosotros protestamos, seguro que están matando a otro chico”.
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