miércoles, 18 de diciembre de 2019

NIDERA MEJORA LA PRODUCCION DE MAIZ CON NUEVA FORMULA

En el oeste bonaerense, el maíz tiene una fórmula ganadora compuesta por dos materiales de Nidera: el AX 7761 y el AX 7784. El testimonio de dos asesores de la zona
18.12.2019
Una dupla ganadora

En el Oeste no tienen dudas. Para el cultivo de maíz la paleta de Nidera compuesta por el AX 7761 y AX 7784 es la fórmula ganadora. La opinión de dos asesores de la zona.

Marcelo Nicoletta y Juan Martín Apolonio tienen muchas cosas en común. Además de compartir la pasión por la agronomía, cada uno por su lado, se desempeñan desde hace muchos años como asesores de productores y empresas del oeste de la provincia de Buenos Aires. Pero ambos también confían en dos híbridos de Nidera a la hora de sembrar maíz: AX 7761 y AX 7784.

“Siempre hago ensayos con cada material que Nidera lanza al mercado. Pero creo que estos dos híbridos se reposicionaron en los primeros escalones y desde hace un par de campañas que los estoy utilizando a escala de lote”, confiesa Nicoletta, que extiende su área de trabajo por todo el Partido de Rivadavia, desde el norte de América hasta el sur de General Villegas, atravesando a veces el límite con La Pampa.

El AX 7761 es el elegido por el ingeniero agrónomo para los ambientes de mayor potencial, ya que es ideal para planteos ofensivos donde se buscan rindes máximos con altas densidades por hectárea. “Para este material estoy utilizando una densidad de 85 mil plantas por hectárea con buena provisión de nutrición y la verdad que ha respondido muy bien”, agrega.

En tanto, se inclina por el AX 7784 para algunas siembras tardías o en lotes de mediana aptitud, ajustando un poco las densidades. “Por lo general lo siembro los últimos días de noviembre o primera semana de diciembre, con alrededor de 60 mil plantas. Tiene un muy buen perfil sanitario y también siempre me dio muy buenos resultados”, completa.

Apolonio se desempeña como asesor en las localidades de América, Granada y la parte más productiva del noreste de La Pampa. Su experiencia con Nidera es bastante reciente, luego que con uno de sus clientes realizara una serie de ensayos que terminaron por convencerlo. “En realidad los hicimos el año pasado en un campo de Larroudé (La Pampa). Y tanto en maíz temprano como en tardío tuvimos unos rindes espectaculares. Así que en esta campaña decidimos confiar en estos dos materiales de punta de la semillera, que son el AX 7784 y AX 7761”, relata.

Entre las características principales del AX 7784, se destacan su porte de planta alta y muy buen tamaño de espiga, alargada y fina. Además, este material de ciclo intermedio posee muy buena estabilidad y adaptabilidad a los distintos tipos de ambientes y una versatilidad ante distintas fechas de siembra que lo convierten en una gran opción para todo tipo de planteos en la zona. En tanto, el AX 7761 sobresale sobre el resto porque es un material estable y superador en ambientes de menor productividad pero ese plus de rinde es aún mayor en ambientes de alta productividad, donde su buena respuesta frente altas densidades le otorga un diferencial.

Esta última variable fue una de las más celebradas por Apolonio, quien destacó el comportamiento del híbrido en contraposición con otros materiales de la competencia. “En la pasada campaña el frío y la poca humedad hicieron que las plantas en general nacieran con poco vigor. Pero no fue el caso del AX 7761, que salió realmente muy parejito. La uniformidad y la densidad lograda respecto a la cantidad de semillas que sembré fueron muy buenas. Se trata de un aspecto muy conveniente, ya que influye muchísimo sobre el rendimiento final”, explica.

Pero el vínculo de Apolonio con Nidera no se reduce únicamente a estos dos híbridos. El asesor también planea sumarse en la actual campaña al servicio de Sistema de Manejo Variable que ofrece la compañía. “Desde el año pasado contamos con una sembradora nueva que nos permite hacer densidad variable y ahora se le instaló la tecnología para hacer fertilización variable. En general es una inversión que se termina pagando sola, porque lográs una estabilización de los rindes. Requiere de un trabajo intelectual y una inversión de tiempo mucho más importante, pero es un sistema que te permite mejorar los resultados”, asegura.

Las características agronómicas de la zona, con bajos salitrosos, suelos arenosos y campos quebrados, hacen del manejo variable una práctica que se ajusta perfectamente a las necesidades de la región. “Tenemos alta productividad y por lo general los rindes son muy estables. Sin embargo, dentro de los lotes encontrás discontinuidades y ambientes distintos. En esos casos estás obligado a diversificar la dosis de insumos para obtener un buen resultado y explotar al máximo posible cada ambiente”, señala Apolonio.

Los dos asesores trabajan con productores de distintas escalas pero que poseen campos propios o una relación de alquiler a largo plazo, lo que les asegura un cuidado de los recursos del suelo y un esquema de rotaciones estratégico que incluye los principales cultivos. “En esta zona, respecto a maíz específicamente, la proporción es 70% temprano y un 25 a 30% tardío según el año. En el caso de los tardíos también comencé a incorporar cultivos de cobertura para controlar malezas y bajar el uso de herbicidas, que son cada vez más costosos y pierden eficacia con el tiempo”, replica Nicoletta.

Se trata de otra coincidencia, ya que Apolonio también hace uso de los cultivos de cobertura no solo para enfrentar la problemática de malezas, sino también porque aporta mayor carbono y genera humedad en el suelo. “En la zona las malezas han adquirido resistencias a glifosato y ALS. El mayor problema lo tenemos con Yuyo Colorado, que es muy grave si no se trata a tiempo, y Rama Negra, que colonizó todos los ambientes y es muy costosa y dura para controlar”, agrega Nicoletta.

El fruto de un trabajo a conciencia deriva finalmente en buenos rindes, que en el caso del maíz temprano oscila por arriba de los 11 mil kilos por hectárea. “Nosotros estamos un poquito arriba del promedio quizás, pero porque son ambientes que ya vienen manejados y rotados durante mucho tiempo”, expresa Nicoletta. Sin embargo, ninguno de los asesores se contenta con los resultados y van por más de la mano de la mejor genética.

“Lo que estoy planeando a futuro es seguir intensificando la rotación y lograr la mayor cantidad de cultivos durante el año. Eso me lleva a darle materia orgánica al suelo con una nutrición mucho más balanceada y más micronutrientes”, sentencia Nicoletta, que apuesta por un ajuste de sintonía fina. Apolonio asiente y afirma que el único camino es diversificar lo más posible todos los aspectos en cada ambiente: densidad, fecha de siembra, fertilización, y además la elección de los híbridos y materiales para obtener el mejor resultado.
 

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