martes, 1 de julio de 2014

EL MUNDIAL DE FUTBOL CALLEJERO NACIO TAMBIEN EN MORENO

UNA NOTA DE TIEMPO ARGENTINO

La Copa del Mundo Brasil 2014 quedó marcada por las protestas previas, la explosión de las nuevas tecnologías en las denuncias made in “periodismo ciudadano”, y la construcción de estadios con un costo 300% mayor al previsto y un futuro cercano de elefantes blancos. Ya en el medio de las instancias finales, el martes comenzará la tercera edición del Mundial de Fútbol Callejero, una especie de contramundial basado en una metodología poco tradicional, nacida hace 20 años en el municipio de Moreno. 24 selecciones de jóvenes participarán en San Pablo de un torneo con partidos de tres tiempos, equipos mixtos, y el debate y la reflexión del significado actual de “ser joven”. Unida y divorciada de la FIFA, a lo largo de su historia el Movimiento Fútbol Callejero contó con el apoyo de Nelson Mandela, José Pepe Mujica, integrantes del Foro Social Mundial y el Papa Francisco. Reglas, metodología e historia de una manera diferente de jugar al fútbol.
La historia ubica el nacimiento del Movimiento de Fútbol Callejero (MFC) en junio de 1994, mientras a Diego le cortaban las piernas, avanzaba la reforma constitucional que derivaría en la reelección de Carlos Menem y se organizaba la Marcha Federal en resistencia a las políticas económicas. En Moreno, en lo que hoy es la Autopista del Oeste, y en ese momento se reducía a la avenida Gaona, un gran basural y el río Reconquista, se creó con más imaginación que recursos el Polideportivo Defensores del Chaco. La descripción más certera podría ser la de unos arcos en el medio de un basural con un intento de cartel para dar a conocer el nombre del flamante club, que se había creado ante la falta de oportunidades, con la idea de juntar a los jóvenes que no tenían espacios para el desarrollo, y la formación de un equipo de fútbol infantil como excusa. Si bien al principio las reglas fueron más que nada caóticas, el desarrollo de Internet generó el contacto con 6 organizaciones sociales de otros países que desarrollaban metodologías similares, y dio comienzo a la formación de alianzas que esta semana tendrán un nuevo momento culmine cuando las calles de San Pablo sean testigos de la tercera edición del Mundial de Futebol de Rua. En perspectiva, el resumen de los primeros 20 años del MFC muestra una sucesión de avances que tuvo el primer gran evento en el Encuentro Sudamericano realizado en medio de la avenida 9 de julio en 2005, y siguió con la declaración de interés de la metodología por parte del gobierno alemán, que abrió las puertas del país para la realización de la primera edición del Mundial de Fútbol Callejero, como contracara obvia de la Copa del Mundo 2006.
“El Fútbol Callejero empezó como una experiencia de construcción colectiva, un rompecabezas que se fue armando desde un barrio de Moreno (Argentina), desde las afueras de Lima, en Villa Salvador (Perú), la comunidad de Cerro Navia de Santiago de Chile (Chile), el Chaco Paraguayo (Paraguay), y en muchas otras comunidades que se fueron contagiando de esta forma de jugar al fútbol, creando ciudadanía. La propuesta del Fútbol Callejero se difundió por diversos territorios y abordó diferentes problemáticas. Disímiles eran los derechos vulnerados, pero el fútbol siempre fue un elemento aglutinador”, se lee en el libro Fútbol Callejero: Juventud, liderazgo y participación, editado por la Fundación Fútbol para el Desarrollo (Fude), y leído por el presidente José Mujica durante la inauguración del Quinto Encuentro Latinoamericano Uruguay 2012.
Con apoyo de Nelson Mandela, Sudáfrica 2010 fue sede de la segunda edición del Mundial de Fútbol Callejero, con una particularidad: fue el debut y despedida de la alianza con la FIFA –con acusaciones de intentos de apropiación de la metodología y la apertura de una liga paralela llamada Football for Hope, concursos de 35 mil dólares y ediciones marketineras-.
Fútbol no convencional
En cierta forma el reglamento del Fútbol Callejero agrupa varios elementos que jamás podríamos pretender en las competiciones del fútbol de cada día. Para entenderlo, al concepto de potrero local, se le suma la idea de construcción política y social sobre la base de un juego entre dos equipos de 6 jugadores de entre 17 y 21 años, que juegan tres tiempos (el primero de 10 minutos para establecer las reglas, el segundo de 20 minutos de competición tal como la conocemos y el tercero nuevamente de 10 para establecer el ganador), con el reemplazo del árbitro por un mediador.
Por otro lado, la participación de las mujeres en los equipos mixtos participantes no es un detalle menor (en el artículo “La vulgata del Mundial”, publicado en la edición de junio de Le Monde Diplomatique, Pablo Alabarces expresó la falta de investigación acerca de los modos en que los públicos femeninos se están “incorporando de manera acelerada” a los ambientes futbolísticos, y en la edición nº 2 de Los cuadernos del Mundial que lleva adelante CLACSO, Verónica Moreira afirmó que “el crecimiento de mujeres que se incorporaron al campo futbolístico en los últimos años no ha conducido a superar algunos de los prejuicios y estereotipos que se formulan sobre ellas”).
En el Mundial de Futebol de Rua que comienza el martes, Argentina presentará 3 selecciones provenientes de las ligas locales del Conurbano, Patagonia y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mientras que Brasil hará lo propio con selecciones de Salvador de Bahía, San Pablo y Porto Alegre. Como favoritos se menciona a Sudáfrica (bicampeón mundial) y Sierra Leona (en medio de un conflicto civil, se generaron visas y pasaportes por 15 días para los participantes), y se espera el cierre del Papa Francisco a través de una videoconferencia.
La mente del sistema
Fabián Ferraro fue la mente que dio origen a este fenómeno. Ex jugador profesional, de 42 años, esposa y cuatro hijos, creó el FC en la Argentina, y en la actualidad es uno de los principales referentes de la disciplina a nivel mundial. Trabaja como consultor internacional sobre organizaciones civiles, y se define como militante y peronista. “Mis viejos venían del Movimiento Villero Peronista, que era lo que agrupaba a las distintas villas que se iban creando en Moreno durante la década del 90. Yo venía de un asentamiento que era Villa Aramburu. Nosotros mamamos lo que era el movimiento villero, el peronismo y como militantes mis viejos me bajaban línea todo el tiempo”, comenta. “El Movimiento Fútbol Callejero es un movimiento político social. Tenemos esa mirada desde nuestra creación el 11 de junio de 1994, buscamos en las organizaciones de base, crearlas y empezar a pensar cómo podíamos crecer dentro de esas organizaciones. En 1995 estábamos entusiasmados y queríamos colaborar con el gobierno de (Mariano) West, que era muy interesante porque le había ganado al turco Asseff -que había sido intendente de la última dictadura militar y después también de la democracia-. A los tres meses nos dimos cuenta que ese no era el espacio para nosotros y entonces nos refugiamos en el mundo de las organizaciones sociales”.
En 2009, Ferraro creó su espacio político propio, la agrupación Moreno Vive, desde donde participó de las elecciones de medio término para concejal. Aunque no llegó al objetivo, el espacio se consolidó y en 2011, después de algunas idas y vueltas, se presentó como candidato a intendente de Moreno por el frente Unión para el Desarrollo Social (UDESO) que presentó la alianza entre Ricardo Alfonsín para presidente y Francisco De Narváez para gobernador. “En 2011 hicimos un acuerdo con Cristina y Scioli, íbamos a jugar la interna con West, y el último día, cuando presentamos la carpeta en la junta electoral, el diputado (Jorge) Landau (apoderado del PJ en la provincia de Buenos Aires) dejó afuera nuestra carpeta por orden de arriba. Nos quedamos afuera. Nosotros teníamos un acuerdo por otro lado, y pudimos meternos en la lista de De Narváez. Lamentablemente la presencia de barones del conurbano impide la participación de muchos compañeros, quienes no pueden participar en un proyecto que los representa en gran parte de lo que uno piensa”. El discurso social antiexclusión y las relaciones supranacionales ponen a Ferraro en una avenida cercana al gobierno nacional. Sin embargo, reconoce que el acuerdo entre el intendente Mariano West, la provincia y la Nación, lo obliga a competir por afuera al no haber internas en el distrito, teniendo que colgarse de alguna boleta nacional, necesariamente opositora, que le aporte votos para enfrentar al candidato oficialista.
En cuanto a la explicación de la importancia del Fútbol Callejero, el discurso político aparece como fundante, y se cruza con el discurso social. “El MFC es una herramienta de integración social que intenta que otras políticas públicas lleguen a destino: siempre con la idea de hacerlo bien, de que a los pibes les de gusto ir a un lugar en donde hacen fútbol, arte o lo que sea. Que tengan belleza y dignidad”. Entre sus referentes, Ferraro reconoce a Alberto Morlachetti -líder del Movimiento Chicos del Pueblo y miembro histórico de la CTA-, mientras que en términos regionales, el MFC se alinea junto a los gobiernos progresistas del continente: “Para poder hacer un Mundial de Fútbol Callejero tenés que tener un acuerdo con el gobierno porque sino es imposible, en el marco de una Copa del Mundo oficial, cortar una calle. En Brasil mi relación es con Nádia Campeão, que es la viceprefecta de San Pablo afiliada al Partido Comunista, y con los fundadores del Foro Social Mundial. En Uruguay con José Pepe Mujica y la organización Mundo Afro, que representa al fútbol callejero y está dentro de la Presidencia de la Nación: Homero Romero, compañero de la organización, es el primer afrodescendiente canciller de un gobierno uruguayo. En Paraguay, el compañero Beto Riart del Centro para el Desarrollo de la Inteligencia (CDI) –organización que representa al fútbol callejero en el país- fue ministro de Educación durante el gobierno de Fernando Lugo”.
Así las cosas, el Mundial que se jugará en las calles de San Pablo del 1 al 12 de julio, se plantea como una nueva forma de reflexionar nuevamente sobre el significado de “ser joven” en las sociedades de la actualidad. “Pienso que las políticas que se aplicaron los últimos diez años son muy valiosas pero son insuficientes. Cuando uno lee conceptualmente esas políticas está de acuerdo, pero en la práctica no son eficaces. Que te paguen para capacitarte como política pública es maravilloso, ¿pero qué pasa cuando ese pibe no se inscribe? Lo que no funciona son las herramientas de convocatoria. La juventud en la Argentina está viviendo un cambio, y que la juventud haya empezado a participar en la política es para celebrar, pero se necesita encontrar más incentivos, porque sino a muchos les termina aburriendo. No alcanza con ir a los actos: el arte, el deporte, son cosas que a la juventud la atraen mucho. Entonces a partir de ahí vos podés desarrollar herramientas para convocar y generar una cultura de trabajo”, concluye Ferraro.

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