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El maíz duplicó su rendimiento en 30 años gracias a
la genética y la innovación Nidera Semillas destacó en el Congreso Internacional de Maíz el rol del
mejoramiento genético como motor de crecimiento del cultivo y presentó su
estrategia de “posicionamiento perfecto” para seguir reduciendo la brecha de
productividad. Rosario, 27 de agosto
de 2025.– La ganancia genética del maíz en los últimos 30 años ha sido
incomparable en relación a otros cultivos. En ese período, se duplicaron los
rendimientos y se triplicó la superficie de siembra. Este fue uno de los
mensajes centrales que compartió Pablo Colomar, gerente de ventas de Nidera
Semillas, durante el panel “Aportando valor desde el mejoramiento genético”,
en el marco del Congreso Internacional de Maíz que se realiza el 27 y 28 de
agosto en el Salón Metropolitano de Rosario. Colomar explicó que
estos avances no se deben únicamente al mejoramiento genético, sino también a
hitos tecnológicos como la siembra directa, la fertilización balanceada y los
eventos biotecnológicos que permiten controlar plagas y enfermedades. Sin
embargo, destacó que “todo este proceso sin el aporte del mejoramiento
genético no se hubiera logrado”. Un ejemplo concreto
es la eficiencia en el uso del agua: “Hace 30 años, con 600 milímetros de
lluvia se alcanzaban entre 6 y 7 toneladas por hectárea. Hoy, con el mismo régimen
hídrico, no es raro lograr 12 o 13 toneladas”, señaló. Qué es el “posicionamiento perfecto” Para Colomar, el
desafío de la compañía es reducir la brecha entre los resultados de las
parcelas de investigación y los rendimientos en lotes comerciales, que
actualmente se ubica en torno al 25%. La clave está en lo que llaman
posicionamiento perfecto, una metodología que consiste en analizar el índice
ambiental del lote, simular la fecha óptima de siembra, definir el híbrido
más adecuado, establecer la densidad y planificar la fertilización y
consensuar con el productor una estrategia ofensiva, moderada o defensiva en
función del contexto productivo y de mercado. La estrategia de
Nidera también incluye un seguimiento tecnológico de cada cultivo, que va
desde vuelos de dron para evaluar la calidad de siembra y emergencia, hasta
el procesamiento de la información al momento de la cosecha. Estos datos
alimentan los programas de mejoramiento genético, retroalimentando el sistema
con base en las necesidades reales de los productores. “El mejoramiento
genético es la base para crecer en los rendimientos de maíz. Pero si a eso le
sumamos el conocimiento, el uso de la información y la capacidad de
anticiparnos a las necesidades del mercado, tenemos la clave del éxito para
seguir generando valor en las próximas décadas”, concluyó Colomar. Para Nidera, poner a
los productores primero genera un círculo virtuoso que no solo nutre al
programa de mejoramiento, también les devuelve una respuesta de calidad a sus
necesidades. En esa línea, la marca planea sumar dos nuevos híbrido en 2026
que vendrán a sumarse a los últimos materiales presentados esta campaña: el
NS 7765 VIPTERA3 y el NS 2223 VIPTERA3, que integran una de las paletas más
importantes del mercado. |
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