martes, 11 de agosto de 2015

INFORME DE LA PUBLICACION CONCIENCIA RURAL SOBRE SEQUIAS E INUNDACIONES

Conciencia Rural - Información General - PAMPA DEPRIMIDA - CUENCA DEL SALADO: SEQUIAS E INUNDACIONESPAMPA DEPRIMIDA - CUENCA DEL SALADO: SEQUIAS E INUNDACIONES

Esta zona central, Cuenca del Salado, como también se la conoce, dista mucho de ser una región natural en razón de que la impronta humana ha modificado sustancialmente su medio físico
En rigor puede señalarse que en esta gran área no existe una cuenca hidrográfica definida en razón de no poseer ni ríos ni arroyos con cauce permanente y sus aguas escurren lentamente en direcciones variables hacia lagunas, bañados o sectores con menor nivel.
Cuando las aguas adquieren mayor volumen se advierte que esa falta de pendiente no es tan rigurosa, sino que se constata una muy ligera caída hacia el Este, no uniforme, en búsqueda del Río Salado, principal evacuador regional. Se podría definir como de escurrimiento dificultoso de tipo difuso y poco concentrado.
El clima es templado con humedades que declinan hacia el oeste. El régimen pluvial es muy variable
ocasionando fases húmedas y fases secas. Desde el año 1970 está ocurriendo una fase húmeda, con
registros anuales de lluvias que presentan variaciones marcadas, dando lugar a años secos, intermedios o muy lluviosos, que se alternan no uniformemente.
En el cuadro siguiente puede apreciarse la variación de los registros anuales en algunas de las localidades ubicadas sobre la zona central del área.

En el año 2012 se advierten los máximos registros del período considerado en la casi totalidad de las
localidades, pero además repárese que en ninguna de ellas el año con mínimas lluvias alcanzó la mitad de los guarismos apuntados para los de máxima.
Durante las secas, las escasas precipitaciones no permiten normales desarrollos y rendimientos de los cultivos y afectan severamente la actividad ganadera con los consiguientes perjuicios económicos. Ante estas calamidades los recursos que el hombre dispone para afrontarlas son prácticamente inexistentes.
Sólo lamentos, resignación y esperanza.
En años con copiosas lluvias ese mayor aporte es contrarrestado por una evacuación horizontal de las aguas muy poco eficiente pues el escurrimiento es lento por el poco declive del terreno, y en mayor proporción por la evapotranspiración de la cubierta vegetal, que en estas ocasiones se encuentra
disminuida por estar parcialmente sumergida por las inundaciones producidas.
La acción del hombre ha generado que dichas inundaciones ampliaran su extensión y permanencia. La expansión del área agrícola y su mayor intensidad determinan lapsos mayores durante los cuales la cubierta vegetal no existe por efecto de barbechos, o está presente de manera muy escasa durante los primeros estadíos del desarrollo de los cultivos. Otro tanto ocurre con la actividad ganadera con mayor concentración de cabezas en los potreros aún aptos con prolongación e intensificación de pastoreos. En síntesis todo ello se traduce en una menor evacuación vertical.
Esta situación se ha agravado porque la explotación agropecuaria, por distintos motivos, no se ha hecho siempre de manera racional. La falta de rotaciones que provocó la disminución de materia orgánica en los suelos acentuando la compactación y la sobrecarga de pastoreos y consiguientes pisoteos que destruyó pasturas y densificó suelos contribuyendo a un mal drenaje.
Debe mencionarse también la construcción de terraplenes para caminos y vías férreas, indispensables para el desarrollo económico de la región, pero que constituyen obstáculos para un mejor escurrimiento.
Estas emergencias hídricas generan significativas mermas en la producción agropecuaria y al mismo
tiempo deterioran su calidad, pero con frecuencia alcanzan y ocasionan serios perjuicios a numerosas
ciudades y poblaciones situadas dentro de la región.
El daño es grave y costoso no solo por los perjuicios señalados sino por las elevadas inversiones en
soluciones inútiles con las cuales se ha pretendido prevenirlas.
Como bien señala el profesor Ricardo Blanco (UNLP). “El problema es el agua, pero no la causa. Y he aquí donde se halla el porqué del fracaso en los vanos intentos por solucionar el problema de las inundaciones.
Todos ellos estuvieron dirigidos a la solución de las consecuencias”
Se debe tener en cuenta además el cambio climático que se está produciendo, considerando no sólo
temperaturas y humedad, sino también a otros aspectos climatológicos, como las significativas
variaciones en las temperaturas que ocurren sobre los océanos Pacífico y Atlántico.
Pero los excesos de agua son parte de la causa de las inundaciones en interrelación con el relieve
prácticamente plano en un área extensa pero con características geomorfológicas variables que
determinan distintos grados de infiltración. En muchos casos, las comunicaciones entre bajos y lagunas se realizan principalmente a través de las aguas subterráneas.
Existen antecedentes de graves inundaciones, 1993/94, 1998, 2000/01 que generaron muy serios
trastornos, sobre todo la última mencionada que determinara grandes desbordes en la laguna La Picasa
(Sta. Fé) que obligaron inclusive el traslado y reconstrucción de un tramo de la ruta nacional No. 7 que permaneció inundada por varios meses.
En la presente campaña 2012 – 2013 la Pampa Deprimida está sufriendo una verdadera calamidad hídrica con lagunas desbordadas, inundando una parte significativa del área de producción, pero como señalamos en párrafos anteriores, afectó varias poblaciones y a la vez tornó intransitables numerosos caminos de tierra, entorpeciendo seriamente el traslado de herramientas para siembra, cosecha, y transporte de cereales y mercancías.
Esta grave emergencia causada por inusitadas precipitaciones ocurridas en la zona, pudieron haber sido de mayor gravedad si las lluvias ocurridas en el sur de Córdoba hubieran interesado marcadamente las nacientes del Río Quinto, desbordando con mayor significación los bañados de la “Amarga”, en el sudeste de Córdoba, que anegan el sur de Santa Fé y derivan hacia Bs. As., aumentando la acumulación de agua en zonas de la Pampa Deprimida.
Es de esperar que los pronósticos meteorológicos que anticipan un otoño muy lluvioso no se cumplan con total rigurosidad, pues de hacerlo, producirían desbordes mayores de La Amarga, en cuyo caso la
calamidad podría ser de extrema gravedad.
Efectos de los Desbordes Provocados por el Río Quinto Primeramente hay que señalar que los desbordes del Rio Quinto no es la principal causa de las inundaciones en la Pampa Deprimida. Estas ocurren fundamentalmente por ocurrencias de fuertes y continuadas precipitaciones sobre la propia zona, que se acentúan cuando coincide con desbordes en La Amarga.
El río Quinto nace en las serranías de San Luis (Embalse La Florida) y corre en dirección sudeste, entrando a Córdoba en cercanías de Justo Daract (San Luis). En los tramos superiores y medios de la cuenca existen pronunciadas pendientes que determinaron erosiones de tipo lineal formando cauces profundos, por cuya razón las crecidas no producen desbordes hacia las zonas aledañas.
En las postrimerías del siglo XX varios profesionales (arquitecto Jorge Arguimbau y otros) realizaron un estudio pormenorizado de la zona proyectando instalar en el actual embalse de Las Carretas, al sudeste de la ciudad de San Luis, una compuerta computarizada que, según un programa, dejase pasar el cauce natural del rio Quinto, volcando el sobrante en un canal aliviador de 80 km a construir, para derivarlo hacia el cauce del rio Salado, de la provincia de La Pampa, por lo general siempre seco en esa zona.
La ejecución del citado canal regularía el flujo de rio Quinto hacia el este, y paralelamente contribuiría
para la recuperación del sur de San Luis y el centro de La Pampa, para transformarlas en zonas agrícolas y ganaderas. Dicha compuerta no se construyó ni tampoco el canal citado.
En cambio, sí se está construyendo, 30 km. al norte de Las Carretas, un embalse con dique a la altura de Saladillo, sobre el mismo río Quinto, iniciado en 2009 pero con vertedero de evacuación libre.
La pendiente del rio Quinto se torna menos pronunciada en la parte llana del sur de Córdoba, y
finalmente ingresa a los Bañados de la Amarga, extensos y muy someros. En un principio en forma
subterránea, y a veces superficial sin cauce preciso derivaba hacia el este que es su declive natural.
Posteriormente esa zona fue vendida, se terraplenaron algunos bajos y por canales clandestinos se
desvió una parte de sus aguas hacia el sur, entrando a La Pampa por su extremo noreste (Dpto.
Chapaleufu), al sudoeste de la localidad bonaerense de Banderaló. Luego de un corto recorrido por La Pampa, vira hacia el este para entrar a Buenos Aires por el noroeste de la ciudad de América (Pdo. de Rivadavia). De allí continúa, mediante canalizaciones, atravesando pequeñas lagunas y bajos hasta Trenque Lauquen (complejo lagunar El Hinojo-Las Tunas) y, por el canal Mercante hacia Pehuajó, C. Casares, 9 de Julio y Bragado
Cabe citar aquí, como si fuera una paradoja que nos plantea la variabilidad climática, que en zonas de La Pampa es necesario profundizar pozos a más de 80 m para encontrar agua cuando ocurren años de seca.
El agua que escurre desde el sudeste de Córdoba y sur de Santa Fe deriva hacia el este en dirección a la laguna La Picasa, ubicada entre las ciudades santafecinas de Rufino y San Gregorio. Cuando las aguas rebasan su capacidad penetran en Bs. As. afectando Alberdi, Germania, Vedia, Gral.Pinto y Lincoln.
Pero también siguen hacia el este inundando campos hasta alcanzar las lagunas Las Encadenadas,
ubicadas al sudoeste de Villa Cañás. Continúan hacia la laguna El Chañar en Teodelina que es considerada como iniciación de la cuenca del río Salado, conjuntamente con las lagunas de Mar Chiquita y de Gómez en zona de Junín.
El río Salado pasa a la vera de varias ciudades, Alberti, Roque Pérez, Gral. Belgrano. Recibe las aguas de otros afluentes que provienen del sudoeste, arroyos Saladillo, Vallimanca y Las Flores, que tienen menor acción directa sobre las inundaciones de la pampa deprimida, pero que, al ingresar al Salado significan un freno para la velocidad de evacuación de las aguas procedentes del norte.
El mapa hidrográfico que se acompaña comprende esta extensa región y en él se han identificado los
principales puntos geográficos que se mencionaron en la descripción precedente.
MAPA RED HIDROGRAFICA: FUENTE MAPA DE LA RED HIDROGRAFICA SIAN EN BASE A DATOS SHN.
1.- Bañados de la Amarga (Cba.)
2.- Laguna La Picasa (Sta. Fe)
3.- Villa Cañas (Sta. Fe)
4.- Junín (Bs. As.)
5.- Rio Salado (Bs. As.)
6.- Gral. Villegas (Bs. As.)
7.- Rivadavia (Bs. As.)
8.- Trenque Lauquen (Bs. As.)
9.- Pehuajò (Bs. As.)
10.- C. Casares (Bs. As.)
11.- 9 de Julio (Bs. As.)
12.- Bragado (Bs. As.)
13.- 25 de Mayo (Bs. As.)
14.- Bolívar (Bs. As.)
Clima – Alternancia de Sequias e Inundaciones
Hemos hecho referencia somera de los aspectos generales de temperaturas y régimen de lluvias
que han determinado las características principales de la región, sucesión de temporadas secas y
húmedas.
Cualesquiera fueran las características climáticas de cada temporada, cuando la escasez o exceso
de lluvias alcanzaron niveles de significación, los perjuicios productivos y económicos en ambos
casos han sido realmente de magnitud.
La solución de tales situaciones, por lo menos para disminuir sus efectos, no se debe enfocar
separadamente, ambas deben ser contempladas en forma conjunta. Repárese cuanta ironía encierra lamentar la escasez de lluvias en sequías, y el apresuramiento en evacuar los excesos de agua ni bien comienzan a ceder las inundaciones.
En ocasiones de sequía solo se puede acudir a la irrigación, mínima, costosa y no siempre realizable en toda el área, por ello no constituye una solución integral.
En cambio después que hubo ocurrido cada una de las numerosas inundaciones se ha persistido
tozudamente en soluciones que se fundamentaron siempre en la evacuación horizontal de las
aguas.
Los perjuicios causados por inundaciones se han intensificado progresivamente dado que los
registros de precipitaciones en años lluviosos han ido aumentando, y además los desbordes de
los bañados de La Amarga fueron cada vez mayores.
Por lo tanto, es urgente estudiar y desarrollar un programa que signifique una real solución. La
evacuación horizontal no resultó eficaz, sino que fue totalmente perniciosa, porque desperdició
los excesos de agua, tan necesarios para la actividad agro ganadera, pero con ella se llevó, sin
retorno, humus y nutrientes de los suelos, que obligarán a utilizar mayores y más complejas dosis
de fertilizantes para obtener, probablemente, respuestas satisfactorias.
Hoy estamos comprobando tristemente que las cuantiosas inversiones en construcción de
canales y muros defensivos no se tradujeron en beneficios reales sino que han ocasionado
permanentes perjuicios. Constantemente se ha atacado los efectos y nunca las causas.
Razonamientos para una Solución Sustentable
Resumamos los problemas:
1. Durante los periodos de sequía se padece escasez de agua.
2. Durante los periodos de inundaciones en grandes extensiones ocurren excedentes que no
se alcanzan a evapotranspirar ni escurrir, generando anegamientos que suelen
comprender varios meses.
3. La evacuación de dichas aguas significan, lisa y llanamente su pérdida, agravadas por el
lavado de materias orgánicas y nutrientes de los suelos.
La innúmera construcción de canales oficiales y clandestinos significó cuantiosas
inversiones, pero salvo algún caso en particular, la inmensa mayoría tuvo relativa eficacia
en la evacuación de los excedentes de agua en situaciones climáticas normales,
mostrándose totalmente inefectivos durante los periodos con crisis hídricas.
4. La ocurrencia de sucesos de inundaciones se ha tornado más frecuente, propiciando una
mayor compactación de los suelos, dificultando su drenaje y propendiendo a una más
rápida acumulación de agua en los bajos.
Reflexiones:
Como se ha señalado, en los periodos de sequía existe carencia de agua, mientras que
durante las inundaciones ocurren excedentes que precipitadamente se trata de eliminar.
¿No sería más cuerdo procurar preservar el agua?, por lo menos gran parte de ellas,
aumentando la superficie y profundidad de cuanta laguna exista en el área, en las cuales fuese
factible realizar dichos trabajos, por supuesto, posibilitando una mayor acumulación y
transfiriendo mayor grado de humedad para las temporadas secas, además de forestar sus
adyacencias.
Todo esto, por si mismo, implicaría la disminución de perjuicios en los ciclos de fuertes
lluvias.
Es posible que tal acumulación en lagunas ampliadas no fuera suficiente para neutralizar
totalmente los efectos de inundaciones. En ese caso habría que considerar la posibilidad de
excavar nuevas lagunas en lugares pertinentes, y aumentar la evapotranspiración menguada
como hemos ya explicado.
Y para ello habrá que recurrir a mayor arborización con especies maderables en cada una
de las localidades y poblaciones de la región y adyacencias de lagunas. Será preciso también
facilitar créditos para qué propietarios de predios de alguna significación foresten 1 o 2 % de sus
superficies.
Para cumplir estos objetivos se deberá disponer de elocuencia suficiente y mayor
capacidad de persuasión para que no se considere a esta sana política como imposición alguna,
sino que deberá surgir del real y pleno convencimiento de todos nosotros de que ésta reducción
de superficie será compensada con creces por la mayor área cultivable en momentos de
emergencias hídricas, contribuyendo también a morigerar los efectos negativos de los periodos
de sequía.
Expertos estudios actuales adelantan la posibilidad de que tales sucesos climáticos
alcancen mayor frecuencia e intensidad. Como ejemplo mencionemos que en la tabla de lluvias
precedente, se advierten registros superiores en 2012 que en cualquiera de los 22 años
anteriores, en nueve de las diez localidades.
Téngase presente lo que está sucediendo en la campaña 2012/2013, cultivos de invierno
con marcadas mermas en sus rendimientos y deterioro notable en su calidad, menor superficie
de siembra de cultivos de verano y con mayores atrasos, aumento en costos por sembrar lotes
en forma retaceada, resiembras, repetición de aplicaciones de herbicidas y agroquímicos.
El área destinada a forestación no debería considerarse como pérdida en la superficie de
cultivos anuales, sino una inversión a largo plazo, dado que inexorablemente los árboles
alcanzarán su turno de corte brindando el correspondiente beneficio acumulado.
Finalmente debemos manifestar que los razonamientos expuestos se han basado en las
sabias recomendaciones de Florentino Ameghino formuladas en 1884 a las autoridades de
entonces, que no fueron consideradas por aquel gobierno ni por los que le sucedieron.
Sin embargo, justo es reconocer que en este largo proceso han existido varias propuestas
basadas en dichas ideas, como la del Ing. Carlos Posadas, quien en 1930 manifestó: “los canales
colectores no convienen ni obsequiados gratis a la Provincia”, pero lamentablemente ninguna
de ellas fue aceptada.
Podrá argüirse que este programa requerirá una inversión no menor y que sus resultados
no se alcanzarán inmediatamente. Es cierto, pero si el enfoque está en la correcta dirección, no
debe atemorizar cuan largo sea el camino, importa dar el primer paso.
Será en provecho de todos y de generaciones venideras.
BIBLIOGRAFÍA
.- Economía y Desarrollo Agrario en la Región Pampeana (1890 - 1950)
Un Enfoque Histórico Ecológico de la Cuestión Agraria
Adrián Gustavo Zarrilli. 1997
.- Inundaciones en la Región Pampeana – El Rol del Ordenamiento Territorial
Arq. Néstor Bono, Arq. Julio Ambrosio, Arq. Juan Carlos Etulain (UNLP) 2001
.- La Inundaciones en la Cuenca del Río Quinto – Salado del Sur. Sus Causas
Prof. Geografía (UNLP) Mario Ricardo Bianco. 2001
.- El Río Quinto y las Inundaciones en las Provincias de Córdoba y Buenos Aires
Análisis Geomorfológico.
Francisco Quintana Salvat (Universidad Nacional Córdoba y CONICET)
Ernesto Romero Nelson (Universidad Nacional Córdoba)
.- ¿El Problema de las Inundaciones en la Cuenca del Salado?
La Cuestión de la Alternancia de Sequías e Inundaciones en la Pampa Deprimida.
Licenciada Diana Durán (USAL) 2002.
.- La Inundación del Año 2001 en la Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Olga Eugenia Scarpatti, Juan Alberto Forte Lay, Alberto Daniel Capriolo. 7/feb. /2008.
.- Cuenca del Río Quinto y Arroyos Menores de San Luis.
Licenciada Carla Lupano. 2008
.- Las Secas y las Inundaciones en la Provincia de Buenos Aires.
Obras de Retención y No de Desagüe.
Dr. Florentino Ameghino. 1884.
AGRADECIMIENTOS
Por el suministro de información de registros pluviométricos a:
Ing. Agr. Laura Harispe - INTA Bragado. Buenos Aires
Ing. Agr. Luis Ventimiglia - INTA 9 de Julio. Buenos Aires
Ing. Agr. Natalia Prece - INTA Lincoln. Buenos Aires
Sta. M. Paula Melilli - INTA Pergamino. Buenos Aires
Sr. José María Giralt – Venado Tuerto. Sta. Fé
Mi reconocimiento al Ing. Agr. Gustavo Gaudio (Trenque Lauquen) por la discusión previa para el
enfoque agroecológico del informe y la revisión final del texto.
Bragado, 2013
Juan J. H. Sequeira

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